miércoles, 13 de agosto de 2008

Pinturas


¿Has estado haciendo el gilipollas con el bote de pintura?


Posiblemente hayas oído decir más de una vez la palabra "pintamonas", que según el Diccionario de la Real Academia, significa pintor de corta habilidad, como decía mi suegro, casi todos somos pintamonas .. pero para ir profundizando en este noble arte, aunque nunca nos convertiremos en grandes pintores, al menos dejaremos de ser pintamonas siguiendo estos consejos:
Para quitar la pintura de las cara, manos, etc., el aceite de cocina y el aceite de bebés son útiles porque no irritan la piel.
Otra forma de quitar la pintura es frotando la piel con vaselina.
Antes de pintar, frótate las uñas con una pastilla de jabón para poder lavarlas después con facilidad.


Si tienes que pintar sobre metal, debes pulirlo antes con papel de esmeril para que absorba bien la pintura. Si son tubos, úntalos antes con vinagre, así evitarás cualquier posible desconchón.
Para que la pintura blanca no se vuelva amarilla, pon una gota de pintura negra y revuelve.
Si la pintura tiene grumos, un buen colador es una media de nylon vieja.
Un batidor de huevos viejo es muy bueno para remover la pintura.
Después de pintar, pon un poco de pintura en el palo de un polo (de helado), es una guía o muestra de color muy útil para volver a comprar el mismo color la próxima vez.
Cuando tengas que pintar los marcos de las ventanas, para evitar las manchas en los cristales, frota la parte del cristal más cercana al marco con una cebolla partida por la mitad, después salen sin dificultad los restos de pintura que se hayan adherido al cristal.
Si agregas dos cucharaditas de extracto de vainilla a cada litro de pintura, no habrá olor a pintura.


Para hacer más ligera y líquida una pintura muy espesa, no añadas agua, es mejor calendar el bote al baño maría.
Un lacado profesional se consigue con paciencia: debes aplicar varias capas finas de pintura, lijándolas una por una según se vayan secando. Tendrás buenos resultados si usas una pintura mate para las primeras capas y finalmente dándole una capa gruesa de pintura brillante.
Para que el pincel no suelte las cerdas, antes de usarlo, pasar por la palma de la mano varias veces sin frotar muy fuerte. Las cerdas que están sueltas se irán desprendiendo, también es eficaz mojarlo antes de empezar a utilizarlo.
Una vez que hayas terminado de pintar y después de limpiar bien los pinceles, envuélvelos en papel de aluminio, se conservarán muy bien.

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